A lo largo de todos estos años la tecnología ha ido haciéndose hueco en nuestras vidas, pero en muchos trasteros, escondidos en los lugares menos hoyados, están todas esas herramientas que ya no tienen uso. Las mochilas con arnés, las botas de cuero que pesaban dos quintales, el morral de tela vaquera, el teleobjetivo XXL que algún guarda confundió con un rifle, las tiendas de campaña que pesaban 8 kilos y eran lo último de la época, las cámaras reflex que con todos los accesorios eran otra mochila más.......Algunas cosas sin embargo siguen estando presentes y en uso, la estaca multiusos, la faca tocinera, el cinturón de cuero, el jersey de camuflaje con lamparones incluidos, las camisas de cuadros, los gayumbos oscuros y algún que otro prismático con lentes como cañones. En fin la tecnología a veces es incapaz de superar lo tradicional; donde esté la cantimplora llena de agua jirviendo en las frias noches, que se quiten las bolsas de agua caliente ¿o no?
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Herramientas de campo
A lo largo de todos estos años la tecnología ha ido haciéndose hueco en nuestras vidas, pero en muchos trasteros, escondidos en los lugares menos hoyados, están todas esas herramientas que ya no tienen uso. Las mochilas con arnés, las botas de cuero que pesaban dos quintales, el morral de tela vaquera, el teleobjetivo XXL que algún guarda confundió con un rifle, las tiendas de campaña que pesaban 8 kilos y eran lo último de la época, las cámaras reflex que con todos los accesorios eran otra mochila más.......Algunas cosas sin embargo siguen estando presentes y en uso, la estaca multiusos, la faca tocinera, el cinturón de cuero, el jersey de camuflaje con lamparones incluidos, las camisas de cuadros, los gayumbos oscuros y algún que otro prismático con lentes como cañones. En fin la tecnología a veces es incapaz de superar lo tradicional; donde esté la cantimplora llena de agua jirviendo en las frias noches, que se quiten las bolsas de agua caliente ¿o no?
Etiquetas:
bastón,
bolsa agua caliente,
faca,
gerardo benedicto,
prismáticos,
reflex
martes, 20 de noviembre de 2007
La botella de agua
En la foto aparece en una esquina, apartada y con un aspecto cochambroso. No era ni mucho menos el elemento más celebrado de nuestras excursiones, pero hasta donde alcanzo a recordar siempre estuvo allí, en todas y cada una de nuestras excursiones, pesada al principio liviana al final. Nunca supe de dónde vino ni para lo que fue concebida, pero siempre nos acompañó. Vaya pues este homenaje allá donde estés
Etiquetas:
campo macias,
gerardo benedicto,
queixada,
sierra de san pedro
A segoña preta
El primer encuentro fue súbito e inesperado, todos nos pusimos nerviosos, incluso el pobre animal que no esperaba encontrarse en lo más recóndito del bosque con nosotros. La pudimos ver muy cerca, sobre un remanso del Albarragena encorsetado entre farallones de granito. Habíamos entrado en el paraíso y acababamos de toparnos con una de sus joyas.
Tiempo después tuve la suerte de acechar a la cigueña negra, antena en mano durante días por esos caminos del señor, ¡Qué buenos momentos!¡qué buena compañía!
Tiempo después tuve la suerte de acechar a la cigueña negra, antena en mano durante días por esos caminos del señor, ¡Qué buenos momentos!¡qué buena compañía!
jueves, 15 de noviembre de 2007
Cuando había pelo
Dicen que el camino de nuestra vida está lleno de experiencias, buenos y malos momentos, amigos, conocidos etc. Otros en cambio dicen que el camino está lleno de piedras, senderos,baches, atalayas. Yo sin embargo creo que lo que más hay en el camino es.....¡pelo!
Etiquetas:
alburquerque,
alopecia,
bedoya,
carrión,
felipa,
gerardo benedicto,
gévora,
lavadero,
mina
lunes, 12 de noviembre de 2007
Los primeros escarceos
Marzo de 1981, sobre el mapa parecía un buen lugar, cuando amaneció pudimos observar que el sitio era realmente espectacular. Pero sería horas después cuando las piedras de Azagala atraparon nuestros jóvenes corazones. En lo sucesivo, nuestras acampadas siempre serían bajo el viejo alcornoque y a los pies de nuestro castillo.
Quizás, solo quizás, fue entonces cuando el espíritu de D. Alonso de Monroy clavero y maestro de la Orden de Alcántara, morador de este castillo, anidó en nuestras vidas. De vez en cuando D. Alonso parece apoderarse de alguno de nosotros y el viejo "Sasón extremeño"reta a todos a ir más alto, más lejos y más fuerte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)